La casa
¿Qué no te estás dando cuenta?
Esta es la casa es la misma
Donde nos cobija el aire
donde se pierde la vida
el lugar que nos habita
¿Qué no te estás dando cuenta?
Aquí nacimos un día
Aquí llegamos y fuimos
uno mismo alguna noche
Aquí mecimos las guerras
en la misma hamaca ’e tierra.
Ha sido casa y guarida
caverna, choza, refugio
de todos los tan perdidos
fundadores y fundados
protopadres, incendiarios
unos y otros confundidos
Una sola y misma cosa
Una sola y misma casa
¿Qué no te estás dando cuenta?
Esta casa es esa misma
aquella que dividieron
sin que se supiera nunca
que lo uno es irrepartible
y la mancha irreparable
que los pobres herederos
cada tiempo menos diestros
se siguen desconociendo
aunque la casa es espejo
y es casa de todo el tiempo
Al principio solo agua
y oscuridad en la casa
los primeros elementos
las partículas y piedras
lo sólido y lo gaseoso
el azar y los misterios
y todas las otras cosas
la tersura del espanto
la ceguera sin memoria
el ocelote en el rito
todas las costumbres sordas
todas las incomprensiones
todo cupo en nuestra casa
La fuimos haciendo nuestra
como quien no se da cuenta
De pronto la decoramos
de tantos modos distintos
Los del sur con sus motivos
los de negro coloridos
los del norte con trofeos
los de allá con sus mil gritos
Los que ven tan solo vieron
o nadie les preguntó
los invisibles de siempre
habitantes del desván
de sus propios san alejos
¡tantos tiene nuestra casa!
¿Qué no te estás dando cuenta?
Aquí se acunó cada cuento
los desgarres y los cantos
de los sismos y la lava
las alas de los gigantes
y las eras inundadas
los primeros asesinos
los falsos significados
Aquí se nos encallaron
las voces vivas y heridas
de murmullos africanos
de maderas y resinas
Aquí nos atravesó
la soledad animal
el silencio de las viudas
los ojos de las ciudades
las rutas de lo inaudito
¿Qué no te estás dando cuenta?
En esta casa nos dimos
el lujo de la jauría
la maldición del hastío
los destierros y las iras
Mientras la casa veía
esperaba y aguardaba
y aguardaba y se dolía.
Casa desteñida, rota
descomunal, indulgente
casa anidada y porfía.
¿Aprendimos en la casa?
¿Aprendimos de la casa?
¿de sus muros verdes altos,
de las grietas y goteras,
de su constancia de hoguera?
¿Recordamos que aquí fuimos
niños, viejos y reflejos
ráfaga, intento, camino
arcilla, fuego y olvido?
¿Qué no te estás dando cuenta?
Se nos inunda la casa
la despojan, se nos quema
nos la estamos olvidando
la estamos dejando yerta
¿Qué no te estás dando cuenta?
La casa nos despelleja
Úrsula Guadua. Dice que basta con saber que es cubana.
D.R. Fotografía Carmen Amato
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