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domingo, 21 de agosto de 2011

YUDITH ESMERALDA MILAN BALDERAS





Estoy en casa


Permanezco despierta
compañera soy de otra asfixiante madrugada,
insomnios fieles carcomen mis entrañas,
vienen sin tregua, sin tregua se marchan,
esta noche cala demasiado y un desasosiego enmudecido me acalambra.
¿Por qué es tan sádica la añoranza?.
El viento nunca fue realmente mío ni yo por completo suya
sutil espía de dos amantes despacio me besaba la nuca
quise ser su cómplice también,
estrella distante que refulgiera al encuentro furtivo,
decidí dejarlo todo, mis párpados pesan,
melodías anónimas intentan sujetarme,
tiemblo a solas cuando alguien sufre,
emergen  lejanos murmullos,
sólo ahogo el llanto
ese manantial perenne preso en conciencias ajenas.
Adivino el rumor de gatos
que huyendo de sí mismos
trepan rancias rendijas.
¿Acaso el corazón posee memoria?
No puedo dormir, sospecho que algún cleptómano roba mis sueños,
transito sin brújula de un territorio a otro
jamás logro saciar mis permanentes ganas
¿Es que la felicidad no sabe de  excusas?
Resido sin descanso en lugares de reposo,
desfallezco, pueril me aferro al hogar ansiado,
acerba será la travesía si regreso
pero conozco el camino,
aún lo recuerdo, lo llevo tatuado.
Doblo mi apuesta y exhausta vuelvo,
conservo una habitación cálida donde borrar mis cuitas.
Desteñidas paredes se reflejan en mis ojos,
me ciñen puertas de madera resquebrajada.
Las palabras resultan innecesarias porque el amor tiene su propio lenguaje.
Tu alma ríe con los ecos de su infancia,
mientras escucho cómo serpentean en los pasillos mis carcajadas.
El tiempo juega canicas,
piensa reescribir la historia,
el dolor se detiene.
Me siento segura sé a dónde pertenezco,
estoy en casa,
sus ventanas necesitan, igual que yo, reconstruirse,
un ajado tulipán florecerá conmigo,
agradezco.
Me bienrecibe un refugio dulce y torna la esperanza.
No habrá más tormentas.
Estoy en casa.

Soy Yudith Esmeralda Milán Balderas hija de la tierra potosina que abrió sus brazos para recibirme el 5 de enero de 1983. Docente y formadora de docentes por vocación, lectora por convicción y escritora porque me atrevo, amo lo que hago pues me dedico a lo que más disfruto: aprender y enseñar a otros a aprender.


D.R. Fotografía Carmen Amato

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